jueves, 29 de diciembre de 2011

Yo morí en Otoño


Yo morí en otoño cuando el invierno asoló
Las praderas de mis entrañas
Y el rencor tejió su tela de araña en flor,
Yo morí en otoño cuando fui uno en vez de dos.

Yo morí en otoño con la manta de cristal
Que congeló mi corazón,
Con su adiós como puñal, yo morí en otoño
Asesinado sin piedad por el amor.

Yo morí en otoño cuando cayó la última hoja
Y se marchó la única flor,
Con el frío entre los huesos y el sabor del resquemor,
Yo morí en otoño entre castaños y dolor.



"Yo haré un reino
donde el amor será rey,
donde el amor sera ley,
donde tú serás reina"             (Jacques Brel)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Cenizas de Verano


Si hoy fuera la hora de confesar todas las cosas no lo haría con la frase de siempre. Reneguemos de la cursilería y escupámosla con toda nuestra fuerza ya que por lo visto, como bien se ha podido comprobar, no da fortuna, y dejémoslo todo en manos de un “atrévete de una maldita vez”. Atrévete a olvidar lo que hay que olvidar y recuerda que siempre hay alguien que merece la pena. Échale un par y seca todas esas lágrimas que empañan la hermosura de tus rasgos, tíralas al fuego junto a esos malditos sentimientos que nada tienen que ver conmigo y, entonces, en vez de conformarme con un podría ocurrir, volaría todo lo alto que se puede volar y arrancaría ese pedazo de cielo que te pertenece.

domingo, 25 de diciembre de 2011

"No serás viejo mientras tengas el Blues"

Su pie izquierdo fue el que comenzó con aquella danza del diablo, ¡oh, Dios sabe que aquel muchacho tenía talento!, poco a poco, acompañando el tambor de una percusión que iba marcando el compás de sus pensamientos y allanando el terreno a un punteo de guitarra que le mordió la espina dorsal. Así que cerró los ojos y sintió como cada uno de aquellos instrumentos invadía sus entrañas eliminando cualquier rastro de recuerdo, hasta los más salvajes que intentaban escapar por los pelos de punta de su piel, pero tenía un aprecio especial a las trompetas de aquel blues que le abrieron el portalón de un mundo en donde solo existía la música. Cuando se quiso dar cuenta, sus rodillas se habían sumado a la juerga y ya nadie le pudo parar.

Luego llegó el soul del maestro.

viernes, 4 de noviembre de 2011

¡Ponte la peluca ya!


Se despertó con una reluciente y ensayada sonrisa mientras se colaban por la ventana del noveno los chillidos de la humanidad, el fin de los tiempos agonizando en las calles, sangre, dolor y miedo, mucho, mucho miedo. Pero sabía que nada podía hacer él por todos aquellos incautos, y menos cuando no había hecho nada por nadie en toda su puñetera existencia. Infelices estúpidos, escapando despavoridos entres los cadáveres y el fuego como si de esa manera pudiesen burlar a su propio destino, arrancando cada segundo de vida y dejándose las uñas en el intento, sudando para morir sudados. Y entre la estupidez y los gritos, en el bar de la esquina, siete jinetes con una botella de whisky apostaban cabelleras. Pero él estaba muy tranquillo, seguro de que nadie sería capaz de encontrarlo, escondido debajo de su cama.

“Dentro de cien años todos igual:
sin pelo, sin dientes, sin carne quizá.
Será muy gracioso, tú no lo verás.”

martes, 18 de octubre de 2011

Mejor que estúpido: gilipollas.


Que estúpido podía llegar a resultar aquel tipo sin proponérselo con antelación. ¡Madre mía!, la primera vez que oí hablar de él me atraganté con mi propia carcajada, una de esas que no te permiten respirar, en la segunda aún estaba llorando de risa por la primera, y a la tercera me di cuenta que hablaban de mí.


viernes, 14 de octubre de 2011

"Fontan" e Isolda


Podía sentir el escozor  de unas uñas desgarrando su piel, como la prolongación de unos brazos que deseasen atravesarle las entrañas para rescatar todos los secretos guarecidos tras la impenetrable fortaleza en la que se había transformado su corazón a lo largo de las abominables noches que lo escoltaron, para luego tirarlos a la basura o quemarlos en la hoguera más cercana. Y un poco más profundo escuchaba la alarma de seguridad que instaló para dejar de sufrir, el grito de peligro que quebrantaba los pilares del palacio en el que se había asentado su Pepito Grillo particular.

¡Duda!

I: ¿No podían ser los brazos de su propia conciencia, precisamente, rogando un intento de supervivencia por su parte: Una verdadera táctica para olvidar?

V: No, no podía ser, eran las cervezas que se había tomado.

miércoles, 12 de octubre de 2011

De paseo por gotan.



Faltaban cuatro días para luna llena cuando aquellos tipos decidieron iniciar su metamorfosis. Dio igual el color de las capas, la máscara o el antifaz, ser Batman o Robin; el objetivo había quedado muy claro: beber hasta que saliera el Sol y regresar haciendo eses a la batcueva. Un remedio para dos amigos que necesitaban desempolvar sus corazones carcomidos por las polillas en las que se había transformado la imposibilidad de sus ambiciones, por las mentiras que avivaron el rencor de unos chicos que se merecían el mundo entero. Una solución de vida o muerte.
Así que allí se reencontraron, dándole de merendar a una amistad que necesitaba crecer, ya que si uno caía el otro se tiraba al suelo por acompañarlo, y para hacer el mal, que siempre viene bien.

“Camarero ponga un vodka a Rafita Perestroika”  

miércoles, 5 de octubre de 2011

Pisando fuerte.



Todos y cada uno de aquellos hombres tenían que tener algo muy presente, a pesar de la inmortalidad que destilaba el recuerdo de unas victorias y unas derrotas inundadas por la desesperación y la lluvia, de sus años dedicados al equipo, del sudor derramado estación tras estación, de sus lesiones, sus heridas y sus cicatrices en forma de laurel, de la mayúscula de algunos de sus placajes y de todas las carreras en el minuto definitivo que llevaban tras sus espaldas, de sus ensayos sin ensayar con tiempo, de sus últimos esfuerzos en la melé cuando solo se deseaba besar la hierva, del daño mitigado con el sabor de los golpes y de la adrenalina, de los pases y las recepciones imposibles, de las charlas que les habían formado como personas antes y después de cada partido nutriendo la espiritualidad de un juego sufrido y caballeresco, fomentando una manera de vivir inigualable. Pese a lo que vivieron por un deporte, que siempre fue algo más, debían apuntarse una cosa en la palma de la mano: aquel chico tenía muchas ganas de hacer algo con su vida, ese tipo quería jugar al Rugby.

Las miradas, las muecas y las sonrisas rebosantes de experiencia no iban a romper sus esperanzas.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Billy "gatillos"



Billy gatillos se creía un tipo muy duro, el más duro del salvaje Oeste, con su sombrero barato y sus botas de montar, sus cigarros sin filtro y sus calzones sucios. Era un completo cretino adicto a la violencia, a los duelos y a los colchones de pago; un hombre sin destino que cogía todo aquello que le pudiese mantener con vida unos días más sin importarle que otros vivieran unos días menos. Se creía con derecho a todo, a él y a su pistola no les gustaban las normas establecidas. Billy gatillos se cagaba en la ley.


 Un día el viejo Billy desenfundó mal y se disparó en los huevos. 

sábado, 24 de septiembre de 2011

Las garras de la verdad



Sus propios límites y los de su imaginación estaban delineados por el agarrotado trazo de unas cadenas sujetas firmemente a la roca, como los grilletes que en realidad decían ser. Raíces que emergían de la tierra para someter cualquier libertad que en sus sueños pudiese parecer maravillosa, oprimiendo todos y cada uno de sus movimientos, desgarrando sus deseos con las espinas que adornaban las retorcidas ramas de la realidad. Sin tiempo para pellizcarse o imaginar que todo aquello era una maldita pesadilla, una de esas que te atrapan en sus contendientes laberintos, inundados de lo peor de uno mismo, y te obligan a sufrir por las decisiones tomadas, a sangrar por que hay que sangrar. Pero tranquilícense, él estaba muy despierto.

Su vida fue escrita por el destino en una noche de copas.

martes, 20 de septiembre de 2011

Propongo proponer que propongamos



Propongo proponer lo que sabemos imposible,
soñar cuando no queda otro remedio,
propongo vencer a lo invencible mientras brindo
con la copa de mis sueños
cuando pienso, cuando escribo,
cuando bebo.

Propongo olvidar que olvidamos que quisimos,
proponer que nos queramos,
propongo llegar a ser lo que no fuimos,
que se encuentren nuestras manos
a la vuelta de los cuerpos, al calor de las caricias,
al son de los abrazos.

Propongo quemar las cenizas de lo escrito,
que propongas lo que quieras,
propongo quererte y lo repito si propongo
que lo nuestro es buena idea
si paramos de engañarnos, si ganamos la batalla,
si dejamos las trincheras.

Propongo beber las lágrimas del tintero,
fumarme hasta la última letra,
proponerte ser sincero cuando propongo
que por ti seré lo que sea:
quizá un idiota, quizá un culpable,
quizá  un  poeta.

sábado, 6 de agosto de 2011

Destinatario: Destino


El destino, siempre tan arrogante y siniestro, con la firme convicción de que el fin justifica los medios, confuso y sin las ideas claras. ¡Maldito idiota! Y aunque nosotros, desconocedores de lo que nos depara la vida, seamos capaces de transfigurar esos medios convirtiéndolos en algo tan repulsivo como lo es la guerra, el dinero, y en más de todas las ocasiones la vida, por que es así, estamos condenados a la fragilidad moral de nuestra propia existencia; nada de esto le exime de su pequeña gran culpa. Y siendo víctimas somos libres, porque aunque todo lo que pasa tiene que pasar y todo lo que tenga que pasar pasará, somos nosotros los encargados de llegar a ese fin, para bien o para mal, y aún siendo soberanos en la forma, seguimos esclavos de nuestras decisiones.


“Tranquilo, soy un hombre bueno en todos los sentidos”

martes, 28 de junio de 2011

"Be whisky my friend"



Mientras todos los demás se daban cuenta que lo peor de ellos eran ellos mismos, ella seguía en su línea, una vez más había saltado a las calles con sus zancadas de felicidad para recordar al resto de los mortales que estaba allí con una sonrisa, y con cada diente que enseñaba una puñalada en el corazón, y que sonreír no era pecado y que llorar por nada era de idiotas. Y esta vez, en vez de manzanas envenenadas, engañosas, lanzaba pastillas de colores a los transeúntes que se quedaban boquiabiertos deleitándose con aquella particular danza de palabras. Drogados por su presencia, enajenados por su mirada.
Quizá porque era el día de soñar soñó hasta la noche y luego se puso a dormir, con la mente despejada, eso sí, sin sogas de ningún tipo, sin recuerdos venenosos, sin mentiras tras el espejo, sin sueños y sueños… por que cuando ella no estaba a su lado de nada servían las estrellas.

lunes, 27 de junio de 2011

Abrazando el sueño...



Hoy me he convencido de que puedo soñar
con convencer,
que los aires de cretino
se pueden esfumar.

Soñar que soy un as al compás de la verdad,
y no un imbécil con ganas de escapar
de sus ojos de cristal.

Hoy me he despertado para dedicarme a soñar
que estoy despierto,
y no abrumado
por mis ganas de llorar.

Soñar que se es capaz sin escapar de la verdad,
soñar que soy yo y nunca "uno" más,
pero al fin, soñar, soñar y soñar.

miércoles, 22 de junio de 2011

¡Arsénico, por compasión!



Aunque la soga estaba atada, y bien atada, esperaba el momento oportuno para saltar y escapar así de su pasado, como ese Herman Loeser huyendo de lo inevitable, paso a paso, página a página en su peculiar libro de las ilusiones. Pero en el fondo sabía que no sería capaz de lograrlo, que él era un desertor cualquiera de cada batalla a librar, que llegado el momento renegaría de lo correcto para salvar su propio pellejo. Y allí estaba él, abrumado por todos los recuerdos que flotaban sobre el pantanoso espectáculo de su mente. Resulta patéticamente gracioso, pero nadie iba a decir que al final no necesitase saltar por sus propios medios, bastó un susurro para tropezar y precipitarse al abismo. Y no fue un empujón, ni siquiera un grito, simplemente el más leve sonido, solo una delicada voz vacía de buenas intenciones. Con la mejor de las serenatas, eso sí, emitida por unos labios pintados de melancolía. ¿Qué le dijo?, nadie se lo pudo preguntar, pero de lo que sí estoy seguro es qué, con las derrotas que le sirvió el tiempo, se dio cuenta de que en realidad no es que no supiera perder, simplemente no sabía jugar.

"Warriors, come on to play"

martes, 24 de mayo de 2011

Susurros.



Salió a pasear por las calles de “la ciudad sin ley” con aquellos mocasines verde pistacho y su cartera, empachada de peniques, colgándole del cuello. En el cielo el mismo troquel que tenía tatuado en el corazón, la mueca del peligro, mientras los adoquines reflectaban la sombra de unos pasos sin destino resonando en el absoluto silencio al que ya le tenía acostumbrado su inseguridad, movidos por una deliciosa canción, proveniente de un tocadiscos, que viajaba desde alguna ventana abierta hasta sus oídos, con la idiosincrasia con la que lo harían los ángeles. “Get back”. Estaba perdido en una época de payasos, fraude, lujuria y mascotas en las ramas de los árboles, habiendo cambiado, con premeditación y alevosía, su traje de murciélago por algo más casual, el de la vesania al puro estilo R. P. McMurphy; volando por cualquier lugar distinto y escrutando nuevas sonrisas, rodeado de gritos y susurros que no le volvían más loco de lo que en realidad estaba. Quizá una simple excusa para escapar de un mundo enemigo de las oportunidades, un pretexto para alejarse de sus recuerdos que nunca pudieron ser más que eso.

“Martini, tú no eres un loco desgraciado, amigo… tú eres un pescador”.

lunes, 23 de mayo de 2011

Polipatética.


Con ella había que andar con pies de plomo, ya que nunca sabías cuando le podía llegar la hora de mandar todo a freír puñetas. No había una preferencia horaria ni tampoco un modus operandi concreto, solo existía la flaqueza de una mente egoísta y manipuladora, la de una niña con un secreto y una colección de corazones rotos. Daba igual como estuvieran los demás, daba igual lo que opinaran los demás y, sobre todo, daban igual los demás; ella, ella y solo ella tenía que ser la principal protagonista de las novelas del resto. Su historia, siempre su historia, teñida por la imbecilidad de quien lo tiene todo y no es capaz de respetar nada, escrita por una poetisa con sed de sangre, poder y, ¿Quién sabe?, quizá dolor ajeno. Aunque pueda parecer complicado, siempre se salía con la suya echando mano al péndulo que ocultaba en el bolsillo izquierdo, debajo del pañuelo que aún no le había dado tiempo a estrenar. Sus víctimas, aunque dispares entre sí, guardaban relación a diferencia del resto de hombres despechados, ya lo creo que la guardaban, será tal vez por que ella seguía las mismas pautas con cada una de sus relaciones, “llegar, ver y vencer” ese era su juego. Y aunque de momento aún no conocía la derrota, está se presentaría igual de rápida que la batalla de Zela, pudiendo, quizás así, redimir todos sus pecados... que no eran pocos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Sin más Blasón que el arrepentimiento.


Abrumado por la indecencia
que sepultó su talante,
por inapreciar la verdadera esencia
del aprecio;
amo y señor de la vergüenza
que custodia su semblante,
esclavo del pesar y su simpleza
al  no saber recompensar
el cariño de una madre.

Mil disculpas y trescientos sesenta y cuatro “te quiero”.

martes, 26 de abril de 2011

De 7 en 7.


Oh, pero que contenta se sentía
bajo la tiranía de aquel  beso,
encadenada a aquella cama,
engañada por un sueño.

Que felicidad,
junto a su principito
de birrete y librea a juego,
decorados con mentiras,
teñidos de azul cielo.
Y que tierno era el amor
de aquella princesita
retenida por el tiempo,
cuatro era el total,
siempre, era el deseo.

 Y que preciosa su sonrisa
y el olor de su cabello,
la hermosura de sus labios,
la simpleza de sus sueños.

miércoles, 20 de abril de 2011

El rastro de un amor.


Ya podía llover, tronar o cantar, pero él siempre estaba al acecho, esperando tras la ventana la hora señalada. Aunque habían pasado ya algunos años y otros tantos motivos, su estupidez, la encargada de todo fracaso, aún le susurraba a tientas la falsa esperanza de que algún día ella se giraría para mirarle a los ojos y sonreírle una vez más, como lo hacían antes, sin esa mirada, reina de la astucia, que pasea guareciéndose del sol bajo la sombra de rencor que nubla la distancia. En ocasiones intuía que ella le miraba de reojo, y esta idea, dilatada por el calor de la mentira que anidaba su cuerpo, le ilusionaba de la manera más despreciable, de hecho, cuando desaparecía sin dejar rastro, su única pisada eran los llantos de aquel tipo que aullaba a la soledad.

Podía haber querido y no lo hizo, y cuando quiso no le dejaron.

viernes, 15 de abril de 2011

Con pajarita y smoking


Él siempre supo ser fino cuando la ocasión lo requería, de hecho, cuando rellenó aquella copa de Versace con agua del retrete, lo hizo levantando el dedo índice dejando clara su amariconada refinería de la que tanto alardeaba. Incluso, ante el repulsivo hedor de la vergüenza, engulló todo aquello perturbando mínimamente su rostro, no sin antes brindar por él y por ellas, fieles acompañantes de su soledad, en ocasiones sinceras y otras veces melódicas… pero siempre mentiras.

A su salud!!

martes, 12 de abril de 2011

¡Corre!


Como cada mañana, con su taza en una mano y sus sueños en la otra, se presentó de tú a tú al nuevo día mostrándole los desperfectos de toda una noche de delirios y de una vida de estupideces. Entonces lo vio, desde aquel balcón con vistas a la calle, lo vio perfectamente, oculto tras la espesura de aquellos árboles del pasado, con la oscuridad con la que solía presentarse y siempre al acecho, como un psicópata decidido y ritual. Se asustó lo mínimo y supo mantener la compostura, Al igual que aquel tipo que ya sabe su final y que nada puede hacer por remediarlo, sereno y tranquilo. Pero aún se guardaba un as en la manga, de jurarlo, podría decir que ocultaba la baraja entera. Se ató las zapatillas una vez más, quizá, si su plan resultaba, aquella tampoco sería la última ocasión en la que gastar suela; cogió su mochila, y entonces, tras deslizarse por la escalera de incendios, comenzó a correr, esta vez le sobraban motivos.

Con el tiempo me enteré de que no había alcanzado sus propósitos, lo encontraron agonizante sobre alguna alcantarilla, acribillado tal vez por las balas del destino.

Melódicas mentiras.



















Sus lágrimas perdidas
en el pozo del recuerdo,
sus rodillas desgastadas
de tanto pedir perdón,
su colección de mentiras
colgándole del cuello,
sus polillas carcomiendo
su razón.

Sus gritos ahogados
en el vaso de la soledad,
su pasión redimida
de tanto decir que no,
su juego de los ahorcados
con la soga del pesar,
sus verdades escondidas,
su silencio sepulcral.

Sus viñetas de amor
en la comedia de su vida,
su pecho ensangrentado
por la herida del puñal,
sus versos de dolor
son sus melódicas mentiras,
sus verdades se han perdido
silbando en la oscuridad.

viernes, 8 de abril de 2011

¡Locos de remate!


Aquel tipo estaba loco, y aunque no se supiera con certeza, era con certeza como lo aseguraban los demás, y eso, desde que el mundo era una auténtica mierda, era lo único que bastaba para irritarle, insultarle y criticar cualquiera de sus “alocadas” conversaciones, que en más de alguna ocasión eran “cuantísimo” más productivas que cualquiera de las que todos aquellos agricultores de la estupidez pudiesen cultivar en su abundante parcela de la ignorancia. Y por ello se le convertía en un paria de una sociedad infanticida, maestra del cinismo, en un hereje ante el dogmatismo fanático que pululaba por aquellos universos paralelos que debían ser las mentes, rebosantes de prejuicios, de todos aquellos imbéciles sin perdón; en un culpable sin culpa.

Aquel tipo estaba loco, tanto que a todo el mundo le dio por imitarle.

martes, 5 de abril de 2011

A duras penas.

Bajo la gélida mirada de aquellos barrotes aún le quedaba tiempo para mermar su espíritu con pequeñas estupideces vestidas de mujer, que eran, en menor medida, simples lápices de colores con los que pasar el tiempo emborronando la gama de grises que teñían el muro de su prisión. Por el día parecía olvidar todo aquello que lo desmotivaba, dejándose acariciar por los fugaces rayos de luz que se paseaban a duras penas por la estancia, y de la mano de estos, guarecido entre su compañía, esperaba y esperaba. Esperaba hasta la noche, donde la mirada de aquellos ojos, acechando tras las estrellas, le obligaban a quemar lo que el día había sembrado, a romper lo que otras habían escrito y a querer lo que nunca había querido.

Convirtiendo la soledad de cada noche en su pan de cada día.

viernes, 1 de abril de 2011

Cantando y cantando


Contaba y contaba
La lunática del amor
Contaba y cantaba
Sedienta de dolor.

Contaba en primavera
Acercándose el calor,
Contaba y cantaba
Triste y sin razón.

Por la cuerda de su locura
Desfilaba sin pudor,
Con pasión y sin cordura,
La lunática del amor.



martes, 29 de marzo de 2011

A punta de pistola



Y pasaron sus momentos
de cruces de miradas,
del capricho del azar
con sus juegos de palabras.

Y volaron de la mano
entre secretos y suspiros,
volaron y volaron
directos al delirio.

Mirando a su pasado
sellaron su futuro,
firmando un pacto de amor,
amor del más oscuro.

Perdió su corazón
a punta de pistola,
perdió su corazón
cuando conoció Barcelona.

miércoles, 23 de marzo de 2011

"Sigo siendo el rey..."

El error fue mi orgullo, Ella mi debilidad rota;
las oportunidades no son para jugar
a los cantos rodados del destino,
creyéndote el más hábil de los capullos
sin saber que eres el rey de los idiotas.

lunes, 14 de marzo de 2011

¡Choca esos seis colega!


Un buen día se instaló con la firme idea de no largarse jamás. Sus intenciones eran muy claras: inundarnos con la fantasía de sus ojos, divertirnos con su rutilante sonrisa, deslumbrarnos con su curioso ingenio, encapricharnos con su alegre atención, enfadarnos con sus tenues defectos, sorprendernos con sus magníficas virtudes… enseñarnos a ver el mundo desde su menuda perspectiva.

viernes, 11 de marzo de 2011

Contesta a mi silencio.


Era tan peripatética su actitud que aún persistía en él la absurda idea de que todo aquello había sido un regalo pagado de su bolsillo, que él no era más que el idiota que lo había echado todo a perder. Aún se sumergía en la ignorancia que lo procesaba, buceando entre la esperanza que por aquellos tiempos se paseaba con la silueta de una sanguijuela “rápida y mortal”, sucia y devastadora. Se creía ciegamente capaz de arramplar con todos aquellos papeles llenos de números y “espléndidos” recuerdos, solo para hacerse paso entre un camino más bullicioso de lo que nunca él podría llegar a imaginar. Era un completo idiota, pero desafortunadamente esto era lo único que lo mantenía vivo.

Hubiera pagado por aprender a contar por encima del seis.

viernes, 18 de febrero de 2011

Su chute de desesperación

Se había equivocado al imaginar que nunca volvería, al sobreestimar el poder analgésico de los labios y del tiempo, al escuchar una vez más su canción. De nuevo se encaramó hacia el desván de las falsas esperanzas, pero solo con volver a imaginar sus rasgos ya merecía la pena otra eternidad de martirio.

“Por que el fantasma era ella y la casa embrujada yo mismo”.

jueves, 17 de febrero de 2011

Podría decirte la verdad (29/10/2010)

Podría destaparte todos los apestosos recovecos tras los que se guarecen tus enemigos de alcantarilla e incluso romper en pedazos esa cordial “careta” que enmascara la verdadera realidad de un capullo que nunca se convertirá en mariposa.
Podría ofrecerte su cabeza que no vale más de cinco lentejas, y aún con el corazón inerte sus labios seguirían escupiendo las más venenosas de las mentiras.
Podría engañar a mis amigos como lo han hecho ellos contigo y siempre de diferente manera… pero no seré yo quien te deje solo ante el peligro del recuerdo.
Las amistades pasajeras lo son de un tren que no lleva a ninguna parte.


viernes, 11 de febrero de 2011

Corazón caliente, cabeza fría.

Entre el apretado humo y la sencillez de sus problemas bebían de aquella botella sin dejar aún lado todos aquellos deslices, pero acallándolos  mediante la destreza que se hacía presentir en su manera de ver las cosas. De forma que todo se había convertido en un solaz de estima y camaradería, un juego tan carente de lógica en su esencia que, con apenas unas pizcas de sal y algo más de tiempo, lo había convertido en algo ingénito a la de ellos. Y mientras se agigantaban en su particular oasis de distendidos murmullos, acolchados óbices y deliciosos manjares, comprendieron que muy a su pesar era la botella la que se los bebía a tragos.

Se le venía a la mente las palabras de aquel tipo que decía de la vida un juego de centímetros, donde el segundo antes junto con el segundo después no vale nada. Donde cada centímetro arrancado de nuestro alrededor es el que decide quien gana y quien pierde.

Pero lastimosamente eran aquellas palabras las que no valían nada, por que solo de entre lo más profundo de sus entrañas se arranca cada centímetro. Y era allí, en la oscuridad de sus entes, donde cada segundo contaba, tanto el de antes como el de después, siendo ellos mismos los encargados de decidir entre un fracaso o una victoria, entre lágrimas o canciones. Y lo más bonito de todo es que engullidos aún les quedaban ganas de seguir bebiendo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

De 60 en 60


Con resuelta ímpetu y diligentes trazos optó por engarzar todos aquellos minutos que le sugestionaban o que simplemente encarcelaban la más agorera de las sonrisas. Se inclinó ante la idea de de encerrarlos atrás, en el maletero, y soltar el freno de mano ahogándolos a merced de todas aquellas sirenas que tiempo atrás se habían convertido en pirañas.


martes, 1 de febrero de 2011

Tanta palabrería y tan poca vergüenza

No podía controlar el regocijo que sublimaba su desperezado gesto y que invitaba a una carcajada fácilmente incontrolable entre tanta palabrería y tan poca vergüenza. Incoherentes frases y absurdas ideas comenzaron a desfilar ante sus ojos, mientras bufaban las bocinas del circo que ya había llegado a la ciudad.

Payasos, focas, balones y bromas de toda índole… gritos, gritos y muchas más risas, enajenamiento total de la raza humana, ¡chiste, chiste!

Otro vistazo nunca venía mal… y lo que antes habían sido estúpidas, rastreras, incoherentes, abyectas, sintéticas, y repulsivas palabras, ahora con una segunda dirección y un mejor criterio, todos aquellos vocablos viles y de corta, “muy corta dignidad” se convertían en un suave, largo y relajante “bla bla bla”

martes, 25 de enero de 2011

Las cosas claras.



¡Oh, pero venga! No nos engañemos, mientras tú incubabas tus mentiras yo lo hacía con mis razones. Desde un principio no intentaste ocultar a mis sentidos que todo había sido una gran patraña, de esas que te van devorando poco a poco. En cambio seguías como si el sendero por el que caminaste no fuese ceniza al viento. Como si hubieras llegado a lo más profundo cuando en realidad no tenías ni las llaves de la entrada. Simplemente te enmascaraste con un antifaz de humo, dijiste ser quien no eras y te creíste cada mentira que escupieron tus propios labios. El único pecado es no ser quien realmente quisiera que fueras, el único yerro… que no supieras mentir.