domingo, 25 de diciembre de 2011

"No serás viejo mientras tengas el Blues"

Su pie izquierdo fue el que comenzó con aquella danza del diablo, ¡oh, Dios sabe que aquel muchacho tenía talento!, poco a poco, acompañando el tambor de una percusión que iba marcando el compás de sus pensamientos y allanando el terreno a un punteo de guitarra que le mordió la espina dorsal. Así que cerró los ojos y sintió como cada uno de aquellos instrumentos invadía sus entrañas eliminando cualquier rastro de recuerdo, hasta los más salvajes que intentaban escapar por los pelos de punta de su piel, pero tenía un aprecio especial a las trompetas de aquel blues que le abrieron el portalón de un mundo en donde solo existía la música. Cuando se quiso dar cuenta, sus rodillas se habían sumado a la juerga y ya nadie le pudo parar.

Luego llegó el soul del maestro.

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