viernes, 14 de diciembre de 2012

Suspiraba, suspirando y suspirar.



El dulce aroma de lo conocido era
un perfume todavía por conocer
y el tiempo, mi auténtico enemigo,
confesó ante mí que el olvido era
el suspiro de aquella mentira
que un día se había inventado él;

Con aquel axioma compartido
de que el único culpable fui yo,
el ampo desgastado en mi apellido
por la plomiza culpa que ha asido
el hilo desflecado de aquello que,
aunque ya acabado, nunca terminó.

Y con las bromas que gasta el olvido
aprendí lo difícil que resulta respirar
cuando se es olvidado, sustituido…
y en compañía de mis aullidos,
desvalidos, acometía contra el silencio
que exhalabas por las noches, Soledad.

martes, 11 de diciembre de 2012

Pero siempre existe un quizá.



¿Muchas cosas que yo digo son mentira
y otras tantas no parecen ser verdad,
o sólo un medio de ellas son mi ruina?
Imagínese lo que puede ser la otra mitad.

¿Serán engaño las palabras que yo diga
por que quiero y no lo puedo remediar,
o tal vez mintiendo no existan las heridas
y quizá vale más prevenir que lamentar?

Y la duda es si miento o estoy mintiendo
por que le quiero engañar, o si sufro
simplemente por mi embuste y falsedad;

Puede ser, y no lo invento, que me ría
sin parar, porque usted nunca sabrá
que es mentira y que es verdad.

martes, 27 de noviembre de 2012

El esclavo de un porqué abogó por un quizá.



El amor fue mi despido, y de mendigo
desfilaba por las calles del pasado,
buscando algo parecido o quizá
en busca de lo que ya había terminado.

Tantos años de suspiros, escupidos
por mis sueños ya logrados,
empapaban con vinagre y vino
las heridas de un amor anestesiado.

Y la verdad es que la cura
se ocultaba en la mentira
que mi cabeza rondaba:

que quizás no me quería
porque yo, otro tal vez,
no significaba nada.

lunes, 8 de octubre de 2012

Sonreí en Otoño.



Este baile de otoño sobre el crujido de las hojas secas
es el suspiro de ese verano difícil de olvidar,
son palabras de amor en cada esquina
susurrando nuestra historia
ante el descuido del destino
que no la quiere terminar.

Esas hojas de otoño son aquellas dudas que enterré
entre querellas en lo más hondo del pantano,
es el recuerdo de alguna que otra mujer,
olvidadas sin ellas saber
que son olvidadas
de antemano.

Estos versos de otoño, sentido de un amor a ciegas,
es un te quiero bajo un faro sobre el mar,
son las letras que sanan tus heridas,
es la mano que limpia
el aliento del tiempo
del cristal.

Esta sonrisa de niño es la única muda que encontré
entre plumas desgastadas con deseos recatados,
narices de payaso y lágrimas de ayer
escondidas sin querer
en lo más profundo
del armario.

lunes, 1 de octubre de 2012

Lo bueno de estos sueños es que puedes despertar



He soñado que perdía ante el sabor de una mentira
que hacía daño de verdad,
donde el mundo era un lugar entre dos muros
azotados por un mar
eterno y caprichoso,
bautizado Soledad.

He soñado que lloraba al despertarme
sucumbido por mis ganas de soñar,
he soñado que tú ya no estabas
y que yo dejaría de estar.

viernes, 31 de agosto de 2012

Medallas del pasado.


Con mil mentiras de plástico
duro y sin sabor
merendaba mi vergüenza
con garfio y tenedor,
y dos corazones de bronce
oxidado ante el dolor
cambié por siete peniques 
y el recuerdo de un amor
que con cinco balas de plata
en el pecho, me destruyó,
cuando ella bailaba con alguien,
con alguien que nunca era yo.

Con una corona de oro
casi rota y sin color,
yo era el rey de los idiotas
y no un simple perdedor.

martes, 31 de julio de 2012

El hombre triste.



La sonrisa de aquel tipo rozaba el suelo con la dulce amenaza de no dejar de crecer nunca, salía a la calle bailando con las farolas como si de verdad supiera hacerlo y cuando menos te lo esperabas echaba mano al saco rosa que colgaba de su espalda y se ponía a lanzar caramelos de colores con aquella cara de tonto que se le había quedado cuando el azar empató contra el destino en el momento en el que aprendió a besar por segunda vez.


El hombre triste dejó de serlo porque en realidad era más fácil ser feliz.

.

miércoles, 27 de junio de 2012

Los cuernos de la Luna.



Ella se enamoró de mí con las primeras lágrimas del invierno, cuando el frío calzaba tacones de mujer resonando tras las paredes, refrigerando lo que en otro momento tan sólo podía derretirse; entonces, para alejarme del olvido acudía a sus consejos con mi obsesión colgando de la oreja, en un intento por arroparme de aquel suspiro glacial, aguardando cualquier frase que me hiciera sonreír para secar de alguna forma aquel dolor. Con los años, la luna y yo nos hicimos amantes, pero cuando esta se llenaba, mi alma seguía vacía esperando en el balcón que le susurrasen las estrellas, mirando al cielo con nostalgia o hacia suelo con arrepentimiento, y siempre soñando con otra, o quizá y sin quizás pensando en ella.

Pero aquel día se marchó con su aflicción y nos dejó mirar el firmamento.

miércoles, 20 de junio de 2012

La fiebre del rey.



Las ventanas de aquel cuarto se abrieron de golpe dejando paso al sonido de unos dedos chasqueados que parecían proceder del jardín, marcando un ritmo peligroso. De nuevo se había dejado intoxicar por aquella música del diablo. La ponzoña de tres palabras y un cumplido disfrazados de veneno como antídoto de otro que podía resultar ser la verdad, y luego la melodía en los oídos, un guiño en la guitarra, una jarra de optimismo y tras aclararse la garganta, comenzó a cantar.

“fever in the mornig, fever all through the night”

martes, 19 de junio de 2012

La bestia de Liliput.





Aquel tipo nunca dejó de crecer a pasos agigantados. Con ocho años ya era igual de alto que su madre y a los doce era él el que cambiaba las bombillas. Cuando llegó a la adolescencia se tenía que bañar en el mar por precaución y nunca pudo jugar con patos de goma, ni con nadie, porque lo único que le quedaba grande era la soledad, la misma que un buen día le hizo amigo de la luna. Él siguió creciendo hasta la noche de su muerte, de hecho, cuando le llegó la hora, le hicieron un ataúd de plastilina por si las moscas.

Perdió la esperanza cuando su alma le quedó pequeña.

Luego, sonrió.


Al llegar la medianoche vació aquel saco de vocablos por toda la mesa, viendo como cada uno de ellos volaba al ritmo de la brisa que se colaba por la puerta del balcón para llegar deslizándose a todas partes, posándose sobre cualquier lugar a excepción de la cuartilla que se acomodaba sobre el escritorio. Y tras leer todas y cada una de las palabras que a lo largo del día había archivado en su cabeza, se sentó ante el ventanal y sólo supo escribir una.

sábado, 16 de junio de 2012

Marionetas a la mar.



Siempre se había quejado de aquellos cordeles de humo que entre contoneos caprichosos e imposibles sugerían el camino que tanto anhelaba, e impotente ante el destino solo podía dejarse sucumbir y contestar con su sonrisa.

Al igual que un títere entre sogas hilachazas con hebras de cristal
porque aunque fuese una sonrisa disfrutada
luego esa sonrisa la pagaba con sal.

Lo peor de él era saber que lo peor era él mismo, que en realidad era su propia mano la que manejaba aquellas cuerdas que tanto le costaba desasir, él y su fantoche de trapo musitando entre dientes una agradable mentira, tan fácil de escuchar.


jueves, 14 de junio de 2012

A la espera de un plumín.



Cuando coloqué mis manos sobre el fuego sentí como la piel se derretía lentamente ante el gozoso espectáculo de las llamas, deslizándose con la textura ardiente de la cera hasta convertirse en tinta mientras el calor abrasaba como una serpiente retorcida en mis entrañas, y aquellas gotas negras derramándose entre mis dedos avivaban una hoguera que no tenía pensado apagar. Cuando me quise dar cuenta no era más que tinte en mis zapatos.

Hay una metáfora, hay una chica… y existe un porqué.

lunes, 11 de junio de 2012

"Aunque llueva, granice o truene"



La chica de la ventana volvió a dejarse ver, esta vez, más hermosa que cualquiera, más intocable que nunca. Por un momento pareció que le miraba tras el cristal y él aprovechó la situación para recalcar un boceto de su sonrisa antes de perderla de nuevo, porque aquellas ganas de escapar que la precedían la podían transportar muy lejos de él con apenas dos pasos, con dos palabras y un suspiro; así que sacó el lápiz y se puso a dibujar en la oscuridad de sus deseos para poder recordarla siempre cómo siempre la quiso recordar: sonriéndole tras la ventana o arrancándole la soledad.


¿Y qué pasó con el dibujo? Aquel dibujo le hizo soñar.

martes, 22 de mayo de 2012

¡Caracolguis!


Había días en los que me despertaba con la tristeza de aquella canción lamiéndome la oreja: la melodía del pesar de un punteo de guitarra, unas lágrimas en espiral en la entraña de una tuba, la distancia enredada entre las cuerdas del violín; o quizá fuesen mis suspiros, mis suspiros hablándome de ti.

viernes, 11 de mayo de 2012

Pirata de bandera



Bucanera de aguas negras, cómplice del azar, renegada de carnet,
pirata de bandera, pandillera de ultra mar
que amortizas con belleza lo que inviertes en morder.

Y en tu vida a la deriva atracaste un corazón hecho a medida para ti,
a navajazo y sangre fría, Premeditación, planes de huída
y muchas ganas de mentir;
hallaste el corazón tras un naufragio, ondulando a merced de las olas,
lleno de alcohol y falto de gloria,
suplicando por morir.
Y con aquella bandera pirata pintada de blanco supiste como besar
al órgano falto de abrazos, náufrago
de tu falsa piedad;
hundida su vida recitaste la canción salpicando sus heridas con el mar,
mujer fatal, astuta y fría tentación de una sirena
con sangre de alquitrán.

salvado y arrojado por la borda de babor, asesinado contra las rocas
de tu propio corazón, sangre y sal sobre tu boca
bucanera de aguas negras al corsario del terror.

jueves, 3 de mayo de 2012

Escupido con su pena



Nadie creía que estuviera despierto hasta que él mismo alzó el brazo para reclamar la siguiente ronda, lo hizo con dos dedos mientras la cabeza reposaba sobre aquel pegajoso fluido, un batiburrillo de licor, ceniza y lágrimas que recorría su cauce a lo largo de la barra de ese bar; y cuando el camarero escanció sus últimas monedas, él se las bebió de un trago, se ajustó el nudo de la corbata, agarró su pistola con punta de corazón y se marchó para no regresar jamás.

"El padre se llama Juan y el hijo ya te lo he dicho".


viernes, 20 de abril de 2012

Mojado hasta las trancas


Nunca antes había visto una tormenta como aquella
donde las gotas eran puñales,
las nubes eran mentiras
y el empapado era yo.

jueves, 12 de abril de 2012

En vitrinas de humo.


Solía calzarse lo peor de sus defectos para salir a la calle bailando claqué. Aunque descalzo no dejaba de ser un capullo, había ciertas habilidades que hacían de él un muchacho asombroso; La primera, que nunca olvidó la cara de una mujer, porque recordaba cada detalle de un rostro femenino por nimio que este pudiese parecer en el tiempo, así, cada una de las personas que fueron contempladas por sus ojos, con la condición del género, quedaron marcadas en su memoria hasta el día de su muerte; La segunda, que él siempre quiso cambiar.

Con los años le dio por coleccionar sonrisas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¡Choca esos siete colega!


Son sus ojos lo que busco
cuando quiero ser feliz,
su mirada de princesa,
su actitud de emperatriz,
sus berridos de sorpresa
con sus ganas de vivir,
sus ideas tan traviesas,
su facilidad para reír,
sus abrazos sabor fresa
o su perfume de jazmín…

Son tus ojos lo que busco
Cuando quiero ser feliz,
¿eres tú que me haces presa
o soy yo que soy así?

sábado, 3 de marzo de 2012

Discúlpenme si no digo nada.


Se sentó ante el escritorio con las ideas claras y el rencor a flor de piel.
Cuando fue a escribir le explotó la pluma.

“Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras” (W. S.)

miércoles, 22 de febrero de 2012

Palabras.



Son los sueños rotos del poeta tras escupir lo que se escribe,
sentido de un sentir salpicado con dolor en cada letra,
con la meta y con el fin de morir cuando se lean.

“Mi siete de copas”.


martes, 14 de febrero de 2012

Tu penúltima canción.


                                Son sueños que volaban
                                        como trozos de papel 
                                        rotos en mil pedazos,
                                        hasta que la carretera
                                        los empapó de realidad…
                                        porque ningún sueño
                                        está hecho para andar.

                                        Con la luna de testigo
                                        del sollozo del doncel
                                        celoso, vencido, cansado
                                        de buscar a su doncella
                                        oculta en la oscuridad…
                                        porque hay sueños que
                                        es mejor nunca soñar.

                                        Y la brisa del olvido se
                                        despojó de aquel clavel
                                        sobre el pozo del pasado,
                                        entre lágrimas sinceras
                                        y suspiros de piedad…
                                        porque un sueño
                                        es muy difícil de olvidar.

                                        Y la bruma de la duda
                                        como esbozo del pincel
                                        cojo entre sus trazos,
                                        pinceladas que flaquean
                                        y que ocultan la verdad…
                                        porque hay sueños que
                                        es mejor nunca pintar.

                                        Y el velero del recuerdo
                                        retozó y el timonel
                                        recibió sus astillazos,
                                        que peligro las quimeras
                                        que pululan por el mar…
                                        porque hay sueños
                                        que te hacen naufragar.

                                        Y la guerra de la vida
                                        la perdió mi coronel
                                        que murió por los balazos,
                                        que salió de las trincheras
                                        y no supo disparar…
                                        Y es que hay sueños
                                        que no dudan en matar.

martes, 7 de febrero de 2012

Suspiros de febrero.

Yo suspiro porque vivo entre suspiros,
porque lloro cuando tengo que olvidar
que mi vida ha perdido su sentido
al saber que nunca volverás.
Yo suspiro porque suelo suspirar…
y porque todo lo que pido
le queda grande a la eternidad,
y lo que pida mi suspiro no lo digo
porque no te va a gustar.
Yo suspiro porque suelo suspirar…
y lo hago porque se que lo que escribo
son palabras encharcadas de piedad,
porque la partida del amor contra el olvido
se juega en casa del azar…

Yo suspiro porque necesito suspirar.

"Suelo soñar que hago el payaso como un mono
cuando tengo que luchar y convertirme en un gorila"

sábado, 4 de febrero de 2012

Yo canto mirando al espejo

Soy
el rey de la sonrisa
con mi lágrima
a la espalda,
que crece
cuando agrandan
las ganas de llorar;
el payaso de la risa
que pierde su reloj
bajo las faldas
y perece
cuando se para
la hora de soñar.
Soy yo,
ni más ni menos,
el cretino más cretino
de toda la ciudad.


"Pregúntale al tiempo a ver si se acuerda de mí"

viernes, 27 de enero de 2012

El castigo de una noche más

Algunas noches, cuando el silencio adormecía sus ganas de seguir tirando, podía escuchar el murmullo que dejaba tras de si la pequeña colonia de ratas que patrullaba las cloacas de su soledad. Las escuchaba corretear de un lado para otro en busca de cualquier pedazo de mierda que pudiese ser amarillo y con olor a queso, y sufría hasta el amanecer el repiqueteo de sus escurridizas patas, sudando cada minuto al compás de aquella perversa marcha militar que parecía no tener fin. Pero en otras ocasiones, cuando acechaba la suerte, aquella tortura pasaba inadvertida bajo los desgarrados rugidos de un corazón hambriento.

“Cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar”

viernes, 20 de enero de 2012

Elemental.

Cuando me atreví a visitar a mi amigo el señor Sherlock Holmes, cierto día de otoño del verano pasado, me lo encontré desnudo sobre una pila de noticiarios, sosteniendo entre los dedos de su mano izquierda aquella pipa de brezo que reservaba para ocasiones especiales, mientras en la diestra resplandecía un voluminoso reloj de plata con detalles gravados en oro blanco. Iba ya a retirarme, disculpándome por mi entrometimiento, cuando me hizo entrar bruscamente de un tirón y cerró la puerta a mis espaldas.
    -Llega justo a tiempo querido doctor, de sobra sé que usted participa de mi afición a todo lo que es raro y por ello va a ser testigo de como voy a resolver un enigma que lleva acosando a mi intelecto un par de horas. Y todo reside en este reloj… una pieza que a simple vista no entraña ningún secreto, ¿no es así?, algo repulsivamente normal. Pero si observa minuciosamente se dará cuenta que algo no encaja, fíjese, ¿ve los pequeños surcos junto a la cadena?, demasiado irregulares para ser detalles del gravado, es obvio que el portador ha de ser un varón de pelo oscuro, soltero y con mucho ingenio. – Me miró con indiferencia y luego aspiró una prolongada y relajante bocanada de humo antes de persistir con su dictamen- Haga el favor de acomodarse, mi estimado colega, por que llega el momento de profundizar en nuestra investigación. Si contempla con detenimiento podrá percatarse de que se la ha pasado a simple vista una serie de huellas que han quedado marcadas en el dorso de la cubierta y, aunque cada una en sí misma no nos puede facilitar ningún dato relevante sobre su dueño, en su conjunto nos desvela la postura con la que el posible propietario lo sujetaba para ver la hora. ¡Ajá!, y ha sido esta particularidad la que me ha resultado sumamente misteriosa y a la vez me ha llevado a descubrir el fondo de la cuestión… ¿No se da cuenta Watson? Este reloj es mío.

“¿Que ha sido hoy, morfina o cocaína?”

miércoles, 4 de enero de 2012

El ángel le arrojó al infierno


Ya había perdido la batalla contra el alcohol cuando olisqueó el perfume que la madrugada dejó tras sus pasos, con la hora de dormir pisándole los talones y el beso que nunca ocurrió a punto de no suceder jamás. Y cayó, como si el agujero que se había abierto bajo él no tuviese final, ahogándose en la impotencia que manó de entre los poros de su piel al ver que la luz que reinaba sobre su cabeza se hacía más y más pequeña a medida que se adentraba en la profundidad de aquel abismo, cayó mientras las sombras le enredaban los brazos y cayó cuando las oscuridad le arrancó las piernas, es más, lo estuvo haciendo mucho después de llegar a casa y quedarse dormido pensando en ella, él siguió cayendo hasta el fin de sus días.


“Nuestras almas son dos versos que se rozan”