He soñado que perdía ante el sabor de una mentira
que hacía daño de verdad,
donde el mundo era un lugar entre dos muros
azotados por un mar
eterno y caprichoso,
bautizado Soledad.
He soñado que lloraba al despertarme
sucumbido por mis ganas de soñar,
he soñado que tú ya no estabas
y que yo dejaría de estar.

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