lunes, 22 de noviembre de 2010

Dueño de sus secretos.


Por cada cien palabras, mil silencios,
y con cada uno diez mentiras
escupidas al viento.
Con una sola, cien batallas
regaladas al destino,
con todas ellas,
el tiempo, y mucho,
mucho
vino.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

De color Esmeralda

Era el empujoncito que necesitaba para contrarrestar el envite que lo había arrojado a lo más profundo del lago. Y la paja del recuerdo comenzó a crujir en las llamas de su mirada de mujer mientras con un “Tranquilo, estoy aquí para salvarte” le tendía su mano y le amparaba de aquellas aguas turbias que tanto tiempo habían estado encharcando sus pulmones. La angelical princesa había bajado de su torre para mezclarse con el resto de los mortales, y le había elegido a él… (Si, yo también me pregunto lo mismo).


Y nunca antes las mentiras habían sido maravillosas ni los sueños habían volado tan alto.

martes, 2 de noviembre de 2010

Humo.

Me consumo tras la fachada de mis versos
que me ahogan con sus palabras,
tras mis sueños que desean lo indeseable
mientras pienso en tu sonrisa en la distancia,
en tus ojos, tus piernas, mis trabas,
en el tacto de tus labios intocables.

Me escondo del rechazo de tu mano
y del frío que deja en el recuerdo,
de la vida y sus apuestas,
del destino que a tantos ha torturado
escupiéndolos al averno,
del martirio de una relación…

de una relación que no es la nuestra.





jueves, 7 de octubre de 2010

No por mucho madrugar...

Detesto tus palabras presuntuosas que en un tiempo pasado tenían futuro, las que ahora han sido envenenadas por una cursilería estridente. Me repugna tu monotonía, tus expresiones y tus moralejas ahogadas en el mismo vino en el que chapotea tu dicción, carcomidas por ese alcohol destilado de petulancia que va deshidratando poco a poco tus ideas. Odio por lo tanto tus intenciones y la fanfarronería con la que te jactas de tu propia insignificancia, que al fin y al cabo son las mismas.
Puedes restituir el abrasado plumín de tu estilográfica o canjearlo por un pintauñas y unos zapatos. Te sentará mejor.

... Amanece más temprano

Aún continuaba derramando aquella ridiculez que la caracterizaba sobre cualquier cuartilla que se presentase ante su estudio. Aquello debía de ser su toque personal, el sello que no conseguía despegar de su remilgada palabrería.
Tal vez, mejor que el pintauñas y los zapatos, necesitase una goma de borrar.

lunes, 4 de octubre de 2010

Suyo y solo suyo

Son suyas las palabras que se ahogan          
En el mar y en el vino,
Suyos son los versos que desisten
De encontrar lo que buscan,
Suya es la estupidez que desentona
Ante su encaje de lino,
Suyas las quimeras que persisten
En sus noches de tortura.

Suya es la soledad que reina
Entre sus amantes,
Suyo es el desamparo que saborea
Al inhalar su aliento,
Suyas las mentiras que gobiernan
Su semblante,
Suya la desilusión que cacarea
Hacia el firmamento.

Suya es la prudencia de estar solo
Al no encontrar lo que anhela,  
Suya y solo suya la soledad
Como compañera de cama,
Suya es la culpa de todo
Que ha tejido con la negra tela,
Suya y solo suya es la impiedad
Que inserta en sus entrañas.

Suya es la mesura
Con la que aguanta su compañía,
Suya es la fantasía
De la que se alimenta,
Suya es la compostura
Que le obliga a soportar el día a día,
Suyas la mentiras
De los sueños que patenta.

Suyo es el amor del que se queja,
el que le tortura,
suya es la desilusión
como querella,
Suyo es el tormento que refleja
Una dolencia sin cura,
Porque suya es la canción
De que todo es suyo menos ella.

martes, 31 de agosto de 2010

Sinceras mentiras.



Era el recuerdo de una noche
De embaucadores engañados,
De apuestas perdidas,
De palabras bonitas sin bonitos vocablos,
De sinceras mentiras de profundo calado…
De damas de llaves sin puertas cerradas,
De abiertas heridas,
De juegos absurdos de solteras casadas,
De sinceras mentiras y hastiadas palabras.

Mi noche
De novias sin “novio de mujeres bellas”,
De planes sin mapa,
De preciosas estatuas de posturas inquietas,
De sinceras mentiras de aventuras infectas…
De chicas bonitas y de bonitos trajes,
De fiestas de baile sin bailes de fiesta,
De magia de reyes, de reyes sin paje,
De sinceras mentiras de absurdos viajes.

Mi noche
De compañeras que no acompañan,
De faldas con líos sin líos de faldas,
De inocentes niñas en cuerpos esbeltos,
De sinceras mentiras de sueños sin alas…
De susurros al oído nunca pronunciados,
De niñas de juego y sus juegos de niñas,
De rubias y rubias, con pelo castaño,
De sinceras mentiras de grandes peldaños.

jueves, 26 de agosto de 2010

Recurriendo a la normalidad.


Y la sensatez invadió sus entrañas sin el más mínimo deje de piedad, asediando todos y cada uno de los recovecos donde se guarecía el rencor que apenas unas semanas atrás había aniquilado a la persona que conocimos y que, “por una cosa o por otra”, lo había transformado en uno de los seres más despreciables de la ciudad.
Un buen caramelo contra el mal aliento.

Plumín con estilo


Aquello no eran ingenuos vocablos escupidos por una de las más agrias plumas, no era fanfarronería lo que desprendía su sutil dicción, era la magia de un plumín con estilo, de unos de esos con gabán a juego y sombrero,  “con los calcetines del mismo color que los zapatos”. Fue en ese preciso instante cuando lo comprendió todo: los insultos a la par de los consejos, la seducción de las posdatas, el fino aroma que desprendía su talento, el humo que envolvía su despedida haciendo de él uno de los mejores taumaturgos de las palabras; por que era aquel el modelo que archivaría bajo la cuartilla, el orgullo de compartir la misma sangre.

sábado, 7 de agosto de 2010

Corre forrest, ¡corre!


Aturdido por los duros golpes que le había asestado la semana, el alcohol como acontecimiento y el sexo como ilusión, se dispuso a desfigurar una de las muchas decisiones intrépidas que por aquél entonces coronaban la cima de su excentricismo.
 Sus oídos habían sido demacrados por la sutil danza con la que se paseaban las palabras, o por la facilidad con la que se escupían. Su olfato fue noqueado en la primera ronda, derrotado por la necedad que envenenaba el ambiente. Necesitaba flotar sobre la ignorancia que destilaban los mentirosos, que no eran pocos, y huir al bosque donde nadie lo encontrase. Atarse las zapatillas y empezar a correr sin ningún motivo.

viernes, 30 de julio de 2010

Inhumando las reliquias del recuerdo


Siente como tus garras lo van desinflando, como el néctar de su interior va atravesando sus membranas y clama retirada entre tus dedos. Aprieta los dientes y estrújalo con todas tus fuerzas. Advierte como son tus propias uñas las que van desgarrando poco a poco la palma de tu mano. Olfatea el aroma de la sangre atrapada en tu camisa y experimenta la sedosa sensación que libera el trayecto de una gota tras otra paseando sobre tu piel. Suda y sufre hasta que ya no quede nada más que polvo entre tus dedos, hasta que tu carga más pesada haya sido arrojada al vacío; Suda y sufre hasta que tus lágrimas dejen de brotar del mismo grifo del que manan tus recuerdos.

jueves, 29 de julio de 2010

Quizá la culpa es de la "adicción a la mezcla"


 Por aquel entonces coexistía con el hedor que desprendía la basura que, por una cosa o por otra, había archivado en la carpeta más insondable de su memoria. El detrito destilado por los años y por el rencor no tardó en salir a flote, quizá para mortificar a todos aquellos que le queríamos con el pútrido olor que dejaba entrever su boca a cada palabra repudiada por su necedad. Era tal la fastuosa amalgama de sabores repulsivos que distendía su efluvio que llegó a abrasar nuestras facultades perceptivas de la manera más vil, e incluso, en infinidad de ocasiones, noqueó algunas de las aptitudes silogísticas que habíamos conseguido detentar con los años.
Me encantaría pensar que no eran sus intenciones.