No me digas que te notas las arrugas,
no le robes más camisas a mamá,
no permitas que me venzan ya tus dudas,
si tú creces yo envejezco sin cesar.
No me digas que no te diga tonterías
y no insinúes que yo debo madurar,
sea como sea tú no crezcas todavía,
no te atrevas a aumentarme más la edad.
Y que el tiempo no se salga con la suya,
que los años no te embauquen nunca más,
no camines tras sus pasos, deja que huyan;
píntate las canas y pelillos a la mar,
porque desde que saliste de la cuna
tú creces y me envejeces sin cesar.

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