Este baile de otoño sobre el crujido de las hojas secas
es el suspiro de ese verano difícil de olvidar,
son palabras de amor en cada esquina
susurrando nuestra historia
ante el descuido del destino
que no la quiere terminar.
Esas hojas de otoño son aquellas dudas que enterré
entre querellas en lo más hondo del pantano,
es el recuerdo de alguna que otra mujer,
olvidadas sin ellas saber
que son olvidadas
de antemano.
Estos versos de otoño, sentido de un amor a ciegas,
es un te quiero bajo un faro sobre el mar,
son las letras que sanan tus heridas,
es la mano que limpia
el aliento del tiempo
del cristal.
Esta sonrisa de niño es la única muda que encontré
entre plumas desgastadas con deseos recatados,
narices de payaso y lágrimas de ayer
escondidas sin querer
en lo más profundo
del armario.

